domingo, 29 de octubre de 2017

"La Ultima Llamada" (una de terror)

Un hombre profundamente enamorado recibe la noticia de que su novia ha fallecido recientemente, tras sufrir un ataque al corazón en su lugar de trabajo. Al día siguiente, tras un emotivo funeral, agotado y aún llorando por la pérdida de su gran amor, vuelve a su casa donde tras varias horas de llantos desconsolados, empieza a recibir llamadas en su teléfono móvil.

Cansado y sin ganas de hablar con nadie, hace caso omiso a la insistencia de la persona que lo llama y finalmente consigue dormirse.

Al despertar, revisa su teléfono y comprueba que las llamadas recibidas la noche anterior fueron realizadas desde el teléfono de su amada muerta. Asustado y confuso, llama al número y sólo escucha quejidos ahogados y una débil respiración, la llamada se corta a los pocos segundos.

Esa misma tarde se acerca al cementerio a poner unas flores en la tumba de la fallecida y despedirse por última vez. Mientras llora recordando a su amor, se acuerda de las llamadas que recibió y prueba nuevamente a llamar al número de su novia, pensando que algún familiar habrá guardado su móvil y trató de ponerse en contacto con él.

Para su sorpresa, al marcar el número, creyo escuchar la melodía del teléfono de su pareja, un sonido casi imperceptible que pudo distinguir debido al silencio que reina en los cementerios. De inmediato, sintió como un escalofrío recorría su espalda.

Muerto de miedo y acobardado por la idea de estar solo cuando un espíritu lo atormentaba, se acercó a uno de los empleados del cementerio que se encargaba de mantener en buen estado las tumbas. Tras contarle la historia, el trabajador rápidamente avisó a sus compañeros que procedieron a desenterrar el ataúd de su amada.

Lo que encontraron les heló el corazón, la mujer tenía las uñas totalmente destrozadas y todo el ataúd estaba manchado de sangre ya que se le habían desprendido de los dedos al tratar de arañar el sarcófago donde se encontraba encerrada. Al parecer había fallecido hacía pocas horas, al acabarsele el aire que había en el espacio cerrado.

Un análisis forense determinó que había sido enterrada con vida, al confundirse un ataque de catalepsia con un infarto, que supuestamente le había causado la muerte. Al despertar en el ataúd, horas después de ser sepultada, aterrada, trató de ponerse en contacto con la persona más cercana: su novio. Pero éste, al no atender las llamadas, ignoraba que estaba desaprovechando las pocas horas de aire de las que disponía su amada, quien desesperada, luchaba por salir del ataúd que poco a poco la dejaba sin oxígeno.

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